Los Kansas City Chiefs no solo han dado de qué hablar en el campo, sino también fuera de él, con una serie de rupturas que han sacudido el entorno del equipo. Tres relaciones prominentes vinculadas a la franquicia han llegado a su fin en las últimas semanas, generando un revuelo en redes sociales y dejando en el aire una supuesta «maldición» que acecha al equipo.
El tacle defensivo Chris Jones terminó su relación con Sheawna Weathersby, su novia de toda la vida y madre de sus dos hijos. Weathersby insinuó una posible infidelidad en Instagram con un mensaje que rezaba: «Nos separamos hace meses», dejando entrever que la relación había terminado en malos términos.
Por su parte, el receptor abierto Xavier Worthy también enfrentó una separación abrupta. Su relación con Tia Jones terminó en un escándalo judicial luego de que Jones presentara una denuncia en su contra por malos tratos, acusándolo de haberle aplicado una «llave de estrangulamiento». Este episodio no solo ha empañado la imagen del jugador, sino que también ha aumentado la atención mediática sobre la dinámica interna del equipo.
En medio de este torbellino de rupturas, la relación entre el tight end Travis Kelce y la estrella del pop Taylor Swift también ha sido objeto de especulaciones. Desde que su romance salió a la luz en 2023, la pareja ha acaparado la atención de los medios, con Swift asistiendo a partidos para apoyar a Kelce y él disfrutando de sus conciertos en la gira Eras. Sin embargo, fuentes cercanas aseguran que la pareja está en «alerta roja», observando cómo se desarrollan los recientes acontecimientos dentro del equipo.
La relación entre Weathersby y Swift, quienes han sido vistas juntas en partidos de los Chiefs, ha puesto a la cantante en una posición delicada. Los rumores en X apuntan a que Kelce y Swift están «tomando notas» del matrimonio Mahomes, intentando blindar su relación ante el caos que rodea al equipo.
Aunque el rendimiento de los Chiefs en el campo sigue siendo el foco principal, el drama fuera de él ha capturado la atención de aficionados y medios. Mientras algunos ven estas rupturas como una mera coincidencia, otros han bautizado el fenómeno como la «maldición de los Chiefs».